viernes, 10 de julio de 2009

"HAGAMOS DISCIPULOS CON EL PODER DEL ESPIRITU SANTO"

Esta cita del Evangelio según san Mateo (28,19) es el lema del ECCLAJU 2009.

Cientos de jóvenes de todos los países de América Latina vamos a estar compartiendo prédicas, testimonios, talleres, y mucha alabanza al que nos creó y nos amó hasta la muerte en cruz.

El Espíritu Santo no faltará a la cita, ¿y vos?

Escribinos a jovenesrcc@gmail.com para inscribirte YA, el plazo vence el 27 de julio.


jueves, 11 de junio de 2009

5ta. Octava Encendida


Agradecemos al P. Eliomar Carrara el envío de este artículo que fue publicado en el Semanario Arquidiocesano "Entre Todos"

Lozano y frondoso… la Octava carismática celebra la octava década del Padre Elizaga

¡El P. Julio Elizaga cumplió 80 años! Los carismáticos de la Arquidiócesis invitan a celebrarlo en el marco de la «Vª Octava Encendida», el sábado 13 de junio, Ooen Casa Degli Italiani, 8 de Octubre 2651. Su lema será: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo y seréis mis testigos”.

Octava Encendida

¿Qué es este festejo carismático, por qué ese nombre? Si bien el Padre Julio Elizaga, pionero de la Renovación Carismática en el Uruguay, cumplió el 15 de mayo su octava década de vida (por lo que mucho nos alegramos y bendecimos a Dios), el nombre “octava encendida” no hace referencia a este acontecimiento. No ocho décadas, sino ocho días; más precisamente una semana, tal su significado.
Es la Octava de Pentecostés, ocho días a posteriori del evento, que van desde dicho domingo hasta el de Santísima Trinidad. Tal como si fuera un solo día, el júbilo del Domingo de Pentecostés se prolonga ocho días seguidos.
Así, pues, “octava encendida” –nombre que fuera sugerido por el P.Omar França- debe traducirse por octava de un Pentecostés lleno del fuego santo. Es lo que la Iglesia toda clama y agradece desde siempre: ¡Señor, envía tu Espíritu, y renueva la faz de la tierra! ¡Sí, Señor Jesús: que venga tu Espíritu Santo, y haga arder nuestros fríos y tibios corazones, para nuestra salvación y la del mundo!
En la Iglesia, además de esta octava, existen también otras, como la de Pascua y la de Epifanía. Triduos, semanas, novenas, meses, años, son otros tantos períodos que se han dado la Iglesia y la sociedad para celebrar determinados hitos. La Iglesia nos anima siempre a las comunidades a suplicar antes y a agradecer después, antes con novenas, triduos, vigilias, y después con las octavas. Es nada menos que la misma Palabra de Dios la que nos propone a la octava como modelo temporal. En efecto, el mismo evangelista San Juan dice “ocho días después” (cf. 20, 26) para ubicar cronológicamente el intervalo que va desde la primera aparición de Nuestro Señor a los apóstoles, ocurrida “al atardecer de aquel día –dice-, el primero de la semana” (20,19) y esta segunda, en la que Cristo se dirige al incrédulo Tomás.
Bíblicamente, octava quiere decir, pues, “una semana después del acontecimiento”. Por eso, más que un tiempo de súplica lo es de fiesta, una semana que invita al regocijo, a renovar el alma alabando a Dios por habernos dado una participación de su divinidad.

Fuego antiguo y siempre nuevo

Pentecostés, pórtico glorioso .y aún extraño- del libro de los Hechos de los Apóstoles, es el cenáculo y el pesebre de la nueva comunidad creyente. Allí, se nos ha enseñado, nace la Iglesia. La liturgia se inflama de divino ardor al revestir a los sacerdotes del vívido rojo, tinte evocador no ya de la sangre del Señor, sino de las lenguas de fuego con que el Espíritu Santo quiso manifestar su venida sobre los que “perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, junto con María” (Hechos 1,14). Y entonces, “de repente” (cap.2), la irrupción y el derramamiento: ruido celestial, ráfagas de viento impetuoso, lenguas de fuego, y aquel prodigio de la alabanza en lenguas extrañas que encontró el eco ambiguo de los que allí se juntaron, desde la admiración (v.7) hasta la burla y el desprecio (v.13). Ocasión providencialísima al fin para el primer anuncio de Cristo muerto y resucitado que realizara “Pedro, presentándose con los Once” (v.14). Predicación, conversión, bautismo e integración de “unas tres mil almas”. “Seréis mis testigos en Jerusalén… y hasta los confines de la tierra” (Hch.1,8), les había anunciado el Señor, y así habría de ser. Tal el lema discipular y misionero de la quinta octava carismática.
Como entonces, con nuestros sacerdotes y diáconos, catequistas, pastores, y junto al Papa y a los obispos, unidos a María, los católicos carismáticos invocamos al Espíritu Santo para que “renueve los prodigios, repita los portentos” y se derrame una vez más sobre toda nuestra Iglesia, para nuestra conversión y la del mundo.

Información del encuentro

Esta Vª Octava Encendida, de la que también participan hermanos del interior del país, tendrá lugar el día sábado 13 de junio, de 9 a 20 hs., en Casa Degli Italiani, 8 de Octubre 2651 casi Garibaldi. Las enseñanzas estarán a cargo del R.P. Horacio Bojorge, y del diácono Jorge Novoa, asesor de la RCC. Invitado a exponer sobre la misión estará el pbro. Néstor Etchepare, asesor de la Comisión Arquidiocesana de Animación Misionera. Animarán musicalmente el Grupo Hinení, y la eucaristía la presidirá el Pbro. Julio Elizaga a las 18:00 hs.. Se pedirá una colaboración de cincuenta pesos -con sentido de ofrenda- por participar del evento, que tiene sus gastos.

Programa

9.30 – Canto y alabanza
10.00 – Predicador: Diác. Jorge Novoa
11.00 – Espacio de Comunidades
11:30 – Predicador: P. Miguel Pastorino
12:30 – Almuerzo
14.30 – Predicador: P. Néstor Etchepare
15.00 – Rosario de la Divina Misericordia
15.30 – Predicador: P. Horacio Bojorge, si
16:15 – Testimonios 16:30 – Merienda
17.15 – Predicador: P. Horacio Bojorge, si
18.00 – Misa concelebrada. Preside P. Julio C. Elizaga
19.30 – Adoración y oración de Efusión del Espíritu Santo
20.30 – Descanso
21.00 – NOCHE JOVEN – Los jóvenes nos adueñamos de la noche con música, cantos, bailes, representaciones, mucha alegría y buena onda.


Y el más robusto hasta ochenta

Indicando la fragilidad humana, el Salmo 90 nos señala: “Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil, pues pasan a prisa y vuelan”. No obstante ello, la longevidad, escribió una vez Juan Pablo II, es un doble signo del amor de Dios, que da la vida y la sostiene. Ocho décadas del Pbro. Julio Elizaga lo expresan así, sin duda alguna.
Conversando hace poco con un sacerdote, decía el Padre Elizaga: “¡Qué rápido se pasa la vida, aunque yo en realidad me siento, digamos, como de unos sesenta y cinco, más o menos!” Es que uno lo ve y es así. Como versa el Salmo 1, está “lozano y frondoso, dando fruto a su hora”, igualmente luce este decano de los párrocos del Uruguay.
El mismo viernes 15 de mayo, día de su cumpleaños, recibió para el almuerzo la visita del Sr. Arzobispo, Mons. Nicolás Cotugno, y de varios sacerdotes de su generación, párrocos vecinos y otros surgidos de la comunidad de Belén. En un ambiente sereno y fraterno, Elizaga, de impecable sotana, mostró la filmación de su ordenación sacerdotal y una antigua película vocacional donde aparecen muy jóvenes y risueños algunos sacerdotes ya desaparecidos, en el antiguo seminario de Instrucciones y Propios, actual Cottolengo Don Orione.
Oramos para que el Señor lo siga manteniendo así, fructífero, al frente de su comunidad parroquial. La Octava Encendida será una bella ocasión para que todos los carismáticos podamos saludarlo y alabar juntos a Dios.

miércoles, 10 de junio de 2009

ECCLA: Encuentro Carismático Latinoamericano


El ECCLA (Encuentro Carismático Católico Latino Americano) se realiza desde 1972, y en cada uno de estos eventos internacionales participan líderes de la Renovación Carismática de nuestros países. En ellos, se busca lograr un intercambio de experiencias y alcanzar una visión común para la RCC de América Latina.

Los objetivos de los ECCLAs son:
a. El conocimiento mutuo de los responsables de la Renovación Carismática en Latinoamérica.
b. El intercambio de experiencias personales y comunitarias.
c. La profundización de los temas relacionados con la Renovación.
d. El discernimiento de la voluntad de Dios para la Renovación.
e. El crecimiento de la Renovación a través del Continente.
f. La manifestación de la unidad de los cristianos por la fuerza del Espíritu.
g. La insinuación de líneas de acción para los grupos.

ECCLAs realizados:
1) 1972 en Bogotá (Colombia);
2) 1974 en Bogotá;
3) 1975 en Aguas Buenas (Puerto Rico);
4) 1976 en México D.F;
5) 1977 en Caracas (Venezuela);
6) 1979 en Lima (Perú);
7) 1982 en Belo Horizonte (Brasil);
8) 1983 en Santo Domingo (Rep. Dominicana);
9) 1985 en San José (Costa Rica);
10) 1986 en Buenos Aires (Argentina);
11) 1988 en Quito (Ecuador);
12) 1989 en Antigua (Guatemala);
13) 1991 en Santiago (Chile);
14) 1993 en Río de Janeiro (Brasil);
15) 1995 en Tegucigalpa (Honduras);
16) 1996 en Ciudad del Este (Paraguay);
17) 1998 en Monterrey (México);
18) 2000 en Caguas (Puerto Rico);
19) 2002, La Paz (Bolivia);
20) 2004, Guatemala (Guatemala);
21) 2006, Punta (Chile);
22) 2008, Valle de Ángeles (Honduras)

Los ECCLA Juveniles se realizan cada dos años (año impar)coordinado por el CONCCLAT, pero desde el 2002 cuando se creó la Secretaria Continental de Jóvenes (SCJ) quien ha coordinado otros ECCLAJU los cuales han sido:
2003, Costa Rica.
2005, Monterrey, México
2007, Cançao Nova, Brasil

El próximo será:
2009, Rosario, Argentina

¿Qué es la Renovación Carismática Católica?


Para mejor entender, diremos primero qué no es la RCC. No es un movimiento de la Iglesia Católica, tal como podrían ser El Camino Neocatecumenal, o Los Focolares o la Legión de María o tantos otros más.
La RCC es en realidad la Iglesia en Movimiento. Es una corriente de gracia derramada sobre la cristiandad, la cual todos podemos y debemos aprovechar.
Esa gracia de Dios es para toda la Iglesia, no solamente para algunos que decidan “pertenecer”, es esperar, recibir y consagrarse a la “Promesa del Padre”, es decir la Tercera Persona de la Santísima Trinidad: El Espíritu Santo.
Esperar: en el momento de su partida, Jesús el Cristo de Dios Padre les dijo a sus apóstoles: “permanezcan en Jerusalén, en oración hasta que sean investidos con el Poder de Lo Alto”. Ellos lo hicieron, se unieron a María la Madre de Dios y Madre nuestra, y perseveraron en oración durante diez días, hasta que el domingo siguiente tuvieron su primer Pentecostés.
Recibir: en ese primer Pentecostés, María y los Apóstoles recibieron el Espíritu Santo tal como había sido prometido ya desde el Antiguo Testamento “Dios derramará de su Espíritu sobre quienes se lo pidan”.
Antes de este acontecimiento, el Espíritu Santo ya había estado otras veces, CON los hombres, SOBRE los hombres, pero a partir de ahora estaría EN los hombres para siempre.
Consagrarse: al Espíritu Santo, quiere decir orientar toda la vida a la voluntad de Dios, vivir por y para la mayor Gloria de Dios, para la construcción, para la extensión del Reino de Dios. Desde la familia, los amigos, el trabajo, el estudio, el club deportivo, desde el lugar en donde el hombre se encuentre será testimonio viviente de Cristo, será un seguidor de Cristo, vale decir será un Cristiano. Y, como Él dijo, viviendo de ese modo: “en eso se conocerá que son discípulos míos”.
El común denominador de la RCC es el “Bautismo en el Espíritu Santo”. Para mucha gente, este derramamiento del Espíritu en una forma nueva, poderosa, que transforma vidas, se realiza en el contexto de un seminario diseñado especialmente llamado “Vida en el Espíritu”, aunque muchos han sido “bautizados en el Espíritu” fuera de dicho seminario.
[1]La Renovación en el Espíritu Santo o Renovación Carismática Católica es una corriente mundial, pero no uniforme, ni unificada. Ya que teniendo un núcleo común en diversos países presenta variadas expresiones. No tiene un fundador particular, ni un grupo de fundadores como muchos otros movimientos, pues es el Espíritu Santo quien la hizo nacer en la Iglesia de una manera espontánea en el deseo y en la expectativa de una nueva experiencia de Pentecostés.
La Renovación es una reunión muy diversa de individuos, grupos, actividades, con frecuencia del todo independientes unos de otros, en diferentes grados y modos de desarrollo y con diversos énfasis; y sin embargo participan de la misma experiencia fundamental y persiguen los mismos objetivos generales.
Breve reseña histórica

La Renovación en el Espíritu Santo aparece en la Iglesia Católica en un momento en que se comenzaba a buscar caminos para poner en práctica la "renovación de la Iglesia" querida, ordenada, e inaugurada por el Concilio Vaticano II.
"La Renovación en el Espíritu es, como una segunda gracia de Dios a la Iglesia y al mundo, después de esa primera gracia que fue el Concilio Vaticano II, gracia pentecostal eclesial a nivel de "obispos"; la Renovación es una gracia pentecostal eclesial a nivel "grande Comunidad Cristiana" "[2]
La Renovación Carismática surge en Pittsburgh, durante el año 1966, un grupo de profesores miembros de la Universidad de Duquesne del Espíritu Santo se reunían frecuentemente en ratos de oración fervorosa y en conversaciones acerca de la vitalidad de la fe. Pero iban sintiendo que algo faltaba en su vida cristiana, cierto vacío, falta de dinamismo, debilidad espiritual en sus oraciones y en su vida apostólica...Como si todo dependiera de sus solos esfuerzos...
Conscientes del “Pentecostés” que hizo nacer a la Iglesia primitiva, comenzaron a pedir la fuerza de ese mismo Espíritu, pidiéndole una renovación de su vida cristiana.
El 6 de enero de 1967, conmemoración de la Epifanía del Señor y conmemorando el Bautismo del Señor y su unción con el Espíritu Santo se reunieron a orar con teólogos pentecostáles en una casa de familia implorando para todos la fuerza del Espíritu y en una segunda reunión, el 20 de enero recibieron el "bautismo en el Espíritu Santo".
Ese fue el comienzo de una corriente de gracia que se extendió por todo el mundo en 33 años.
"La Renovación en el Espíritu no es solamente una moda. Sus frutos se perciben de inmediato: se trata de una fuerte acción espiritual que cambia vidas. No es solamente un "re-avivamiento", sino una verdadera "renovación", un rejuvenecimiento, un frescor, una actualización de posibilidades nuevas que surgen de la Iglesia siempre antigua y siempre nueva"[3]

Este modelo de relaciones sumamente flexibles se encuentra a nivel diocesano y nacional, como también a nivel internacional. Tales relaciones se caracterizan muy frecuentemente por su libertad de asociación, diálogo y colaboración, más que por su integración o por una estructura organizada. La Renovación tampoco tiene un centro de gobierno ya sea internacional o nacional, esta nace en la Iglesia y de la Iglesia, por tanto su pertenencia natural es a la parroquia y a la diócesis.
El liderazgo se caracteriza más que por un gobierno, como un ofrecimiento de servicio para aquellos que lo desean.

Objetivos de la RCC en la Iglesia y el mundo[4]:

Ø Promover una conversión personal, madura y continua a Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
El cristiano debe renovarse en la Fe y por lo consiguiente en el seguimiento del Salvador. Esa reconversión diaria, esa renovación es un acto volitivo, es decir depende de la voluntad de la persona, de su deseo de un encuentro personal con Jesús. Y por supuesto está siempre presente el deseo de Dios de que la persona se acerque nueva y definitivamente a Él. De no efectuarse ese encuentro personal con Dios, el cristiano podrá saber mucho sobre Él, pero no lo habrá experimentado en su corazón y en su vida y le será muy difícil ser un verdadero discípulo misionero de Cristo.

Ø Propiciar una apertura decisiva hacia la persona del Espíritu Santo, su presencia y su poder.
La Renovación Carismática, que se reconoce a sí misma como un nuevo Pentecostés hoy, invita y exhorta vivamente la los fieles a que abran todo su ser, para ser llenos de la presencia santificadora del Espíritu y recibir su fuerza para poder dar testimonio de Jesús en el mundo de hoy.

Ø Fomentar la recepción y el uso de los dones espirituales (carismas), no solamente en la RCC, sino en la Iglesia entera. Estos dones, ordinarios y extraordinarios, se encuentran abundantemente en laicos, religiosos y clérigos. Su justa comprensión y uso correcto, en armonía con otros elementos de la vida de la Iglesia, son una fuente de fuerza para los cristianos en su camino hacia la santidad y en el cumplimiento de su misión.

Ø Animar la obra de la evangelización en el Poder del Espíritu Santo. Impulsando la Nueva Evangelización, en su ardor, en sus métodos y en su expresión.

Ø Impulsar un crecimiento progresivo en santidad: mediante el uso correcto de los dones, la participación en una rica vida sacramental y litúrgica, el aprecio por la tradición de la oración y espiritualidad católicas, la formación progresiva en la doctrina católica guiada por el Magisterio de la Iglesia, la participación en el plan pastoral de la Iglesia y el énfasis en el llamamiento universal a la santidad.

[1] Hasta el final, P. Miguel Pastorino: Apuntes sobre la Renovación Carismática
[2] Card. L.J. Suenens, Comunicación sobre la Renovación Carismática y la Evangelización. Asamblea plenaria de la Sagrada Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Roma 19-22 de abril de 1983.
[3] Ives Congar, Congreso Teológico Internacional de Pneumatología, Roma, 22-26 de marzo de 1982.
[4] Tomado (no textual) del documento del ICCRS en Roma, presentado al Pontificio Consejo para los Laicos.